Planea tu ahorro y adopta un hábito sano
La morosidad actual de las tarjetas de crédito tiene una tasa de 15.1 por ciento. Es decir, 15 de cada 100 tarjetas cuentan con un saldo insoluto por el tarjetahabiente. La situación de la salud financiera de la población mexicana es crítica, debido a que únicamente 23% de quienes tienen una deuda en sus tarjetas de crédito liquida mes a mes la totalidad de su saldo. Éste es un buen ejemplo de que la población muestra una mala planeación para confrontar su vida desde un punto financiero.
Así como nos preocupamos por adoptar nuevos hábitos alimenticios para mantenernos sanos, debemos impulsar los hábitos financieros para mantener unas finanzas sanas. Si para alcanzar una vida sana realizamos una dieta, ¿cuál sería una dieta para adoptar buenos hábitos financieros? Un plan como este debe empezar por conocer cuál es el fin que estamos buscando.
El objetivo en este caso es permitir con nuestros ingresos cubrir nuestros gastos y alcanzar las metas que nos proponemos a través del ahorro.
Una vez conocida la finalidad y mantener una buena salud financiera se debe realizar un presupuesto que permita identificar cuáles son nuestros ingresos, gastos fijos, nivel de ahorro y reconocer una de las principales debilidades: el gasto hormiga.
El problema que se presenta con el gasto hormiga es que se desconoce el monto que representa de nuestros ingresos porque sólo se le pone atención a los grandes desembolsos como el pago de la renta o la colegiatura de los niños. Cuando identificamos el monto que destinamos al mismo, nos hacemos conscientes de cuáles son los recortes que podemos realizar para mejorar nuestras finanzas.
Los gastos hormiga que identifiquemos debemos valorarlos para sustituirlos por un elemento que nos dará una mayor utilidad: el ahorro, que es la proporción de nuestro ingreso que nos va a permitir cubrir los gastos inesperados o, mejor aún, cumplir un proyecto a mediano o largo como lo puede ser un viaje o la compra de un inmueble.
Al tener identificados nuestro fin y presupuesto, debemos elaborar un plan para realizar nuestra dieta. El plan que nos tracemos debe establecer las metas que buscamos alcanzar en un tiempo determinado. Estar comprometido con el plan será el primer paso para alcanzar una vida financiera sana. Las metas establecidas en nuestro plan serán únicas para cada persona, debido a los distintos intereses que se tienen y a los diferentes momentos en los que nos encontramos dentro de nuestra vida.
Como consecuencia de cumplir las metas de nuestro plan, nuestra “dieta” se convertirá en parte de nuestra vida, mejorando la salud de nuestras finanzas y dándonos cuenta de que gastando menos de lo que ingresamos podemos llevar una vida balanceada.
Por lo tanto, empecemos a concientizarnos de la importancia de tener unas finanzas saludables, adoptar al ahorro como un buen hábito en nuestra vida que nos permita alcanzar nuestras metas en el plazo que nos propongamos y sobre todo libres de deudas.
Fuente: El Economista.