Hablemos de riqueza, planeación financiera y finanzas sanas

Hablemos de riqueza, planeación financiera y finanzas sanas

Recientemente, en el New York Times se publicó un artículo donde varias personas definen lo que es “riqueza”.

Entre las cosas que se mencionaron como definición más adecuada están: poder suplir para todas las necesidades en todos los niveles de los seres queridos, gozar de buena salud, poseer una gran acumulación de activos, tomar decisiones correctas, libertad para tomar decisiones, dar de regreso a la sociedad, no vivir al día, hacer las cosas que quieres cuando las quieras hacer.

En todas las definiciones, las personas no mencionan una cantidad específica de dinero. Más bien, se refieren a los bienes o atributos que se llegan a tener mediante él. El dinero en sí es un activo netamente neutral. No posee valor físicamente. Más bien, su valor recae en lo que las personas atribuyen a esos pedazos de papel y de metal; este valor atribuido va desde lo que un Banco central designa, hasta lo que una persona percibe en él. Es decir, el ser humano es aquel que le da valor conforme a sus necesidades.

De ahí la importancia de la planeación financiera: si en un momento de emoción o de angustia, las emociones nos ciegan, comenzamos a usar créditos sin control. El valor del dinero cambia conforme a nuestras necesidades, por ello la gente define en diferentes formas la riqueza.

La planeación financiera permite tener objetivos claros, visión completa y clara del dinero. Mantener la cabeza fría es clave para tener finanzas sanas.

Ahora bien, ¿qué son las finanzas sanas? Es no tener deudas no necesarias (la deuda es buena si ayuda a crecer y es controlada; no es buena para sustentar el día a día de una persona o una empresa) y tener la capacidad de ahorrar y de invertir. Este balance sólo se logra teniendo un panorama claro de nuestra situación actual, y de lo que queremos lograr.

El hacer una cita semanal con uno mismo para revisar los pesos y centavos es clave: se detectan fugas, oportunidades que no se habían detectado y quedan claros los ajustes a realizar. También permite tomar decisiones acertadas y no influenciadas por emociones. Definir la riqueza en lo individual es fundamental, ya que permite tener presente todo el tiempo las acciones a tomar en el ámbito de recursos personales, y sobre todo no perder el rumbo.

 

Fuente: El Financiero.

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