Prepare su retiro de acuerdo a su edad
Cada persona tiene prioridades distintas dependiendo del momento que esté viviendo: el desarrollo profesional, la creación de patrimonio, el fortalecimiento de la calidad de vida de los hijos, etcétera, pero entre estas preocupaciones debería situarse la del retiro, pero no de manera general, sino delimitada conforme la etapa en la que se encuentre.
Comenzar a ahorrar cuanto antes es la recomendación que suele hacer la mayoría de los especialistas, pero en ocasiones no es tan fácil debido a que se tienen otras preocupaciones, por lo que este tema, generalmente, concierne ya en edades avanzadas.
Lamentablemente la mayoría de las acciones para el retiro se toman cuando las personas se dan verdadera cuenta de lo que les espera, es decir, cuando están cerca de la última etapa para la jubilación, esto puede ser entre los 50 y 60 años y, desgraciadamente, a esas alturas ya hay poco que hacer.
Por ello, los preparativos financieros para cuando la edad nos alcance deben comenzar desde que se inicia la etapa laboral.
Veintes: forjando cimientos
Una buena noticia es que las personas se ocupan cada vez a más temprana edad sobre su retiro. La edad en la que sus clientes comienzan a ahorrar para esta etapa es de 35 años, cuando hace una década el promedio era de 45 años. Sin embargo, para hacer que el ahorro a largo plazo funcione realmente en su beneficio, juegan varios factores muy importantes como el tiempo de inversión, la consistencia y perseverancia del ahorro y la elección de un instrumento adecuado.
Cuando una persona de 20 años inicia su vida laboral, si hiciera un ahorro de 500 a 600 pesos al mes, podría perfectamente adquirir una protección para su retiro. No obstante, ahorrar no es el único preparativo que puede hacer en esta etapa, dado que evitar las deudas y cuidar su estabilidad financiera le evitará futuros dolores de cabeza.
Hacer un presupuesto donde tengan claro los ingresos y gastos, e identificar cuáles son necesarios y cuáles aplazables, le permitirá vivir en su propia realidad y, por consiguiente, planear de mejor manera y no recurrir a fuentes de financiamiento como complemento de sus ingresos. Es decir, si bien se recomienda comenzar con un pequeño ahorro mensual en la juventud, evitar el sobreendeudamiento también es un preparativo para el retiro.
En los treintas y cuarentas: es ahora o nunca
Durante las décadas de los treintas y cuarentas, una persona puede tener distintas prioridades de acuerdo a su situación: quizá se halle soltero y sin hijos; en una vida en pareja sin hijos; con una pareja e hijos y, casi llegando a los 50, probablemente con hijos que están por independizarse.
Sin importar en dónde se encuentre parado, aquí radica la importancia de haber cuidado la estabilidad financiera en la década anterior y de haber adquirido el hábito del ahorro, porque es justo en esta etapa donde los compromisos económicos crecen.
En esta etapa, muchas de las personas están atravesando por planes de matrimonio, de tener hijos o adquirir bienes inmuebles y estos temas pueden consumir una buena parte del ingreso y se vuelve el momento perfecto para dejar a un lado la buena intensión de ahorrar y postergarlo.
De ahí la importancia de que, desde el inicio de sus treinta, tenga identificadas sus prioridades para los siguientes años, así como cualquier imprevisto que pudiera generar un desequilibrio financiero, por lo que pensar en los seguros también se vuelve indispensable.
Si llega a sus treinta sin haber ahorrado, este momento supone un ultimátum para hacerlo o, de lo contrario, su pensión podría no ser suficiente. Como vemos con los datos anteriores, efectivamente nuestras decisiones tienen un costo.
Cincuentas: reducir gastos
Es probable que llegado este momento, no esté satisfecho con lo que ahorró en los años anteriores para su retiro, pero no por ello debe tirar la toalla, ya que aún se pueden emprender acciones significativas para el futuro.
Aunque los mejores años para prever ya se pasaron, al final aún no está todo perdido; uno puede comenzar con el ahorro y las inversiones en cualquier momento. No esperemos contar con los beneficios que mencionamos cuando hablamos de las personas que tienen 20 o 30 años, pero aún así podemos comenzar.
No obstante, las personas en esta etapa que quieran gozar de los mayores beneficios tendrán que destinar una cantidad mucho mayor para tratar de alcanzar mejores beneficios. Por ello, aunado al ahorro, desde el inicio de esta década se sugiere comenzar a reducir gastos ya que, a pesar de restarle 10 o 15 años para la jubilación, en este periodo tendrá que obtener los recursos para vivir otros 20 o 25 años después del retiro.
Dicho en otras palabras, hay que pensar en sacrificar consumo presente por consumo futuro; lo que es un lujo o un extra, en el futuro podría ser una necesidad inaplazable.
Fuente: El Economista.